tag:blogger.com,1999:blog-94580352024-02-21T12:37:36.194+01:00El Chafardero IndomableOshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.comBlogger234125tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-83465668189481076372014-05-14T17:34:00.000+02:002014-05-14T17:34:02.496+02:00Ayudas a la cultura<div style="text-align: justify;">
En estos tiempos que corren vemos que no hay creación cultural que no aspire a beneficiarse de ayudas o subvenciones. Pero vamos a comprobar otro tipo de subsidios que se otorgaban en el siglo XVII para ayudar a la cultura y a la diversión del pueblo:</div>
<div style="text-align: justify;">
"En la villa de Madrid, a 23 días del mes de Noviembre de 1698, el Sr. D. Francisco de Vargas y Lezama, caballero del Orden de Calatrava, del Consejo y Contaduría mayor de Hacienda de S. M., Corregidor de esta villa, dijo: Que por cuanto Carlos Vallejo y Juan de Cárdenas, autores de comedias, no representan comedias proporcionadas*, por esta causa asiste poca gente a verlas, de que resulta gran perjuicio, así a los hospitales de esta corte, por estar agregado a ellos el producto del arrendamiento de los Corrales de comedias, como a los interesados en las sisas de sexta parte, mediante lo cual Su Señoría mandó se notifique a los dichos Carlos Vallejo y Juan de Cárdenas representen comedias proporcionadas y en la conformidad que están obligados, y de calidad que no se experimenten grandes inconvenientes, y que el pueblo logre buenos festejos como conviene, con apercibimiento que no lo ejecutando así se les sacarán, a cada uno de los dichos Carlos Vallejo y Juan de Cárdenas, 500 ducados, además de que se pasará a lo que hubiera lugar en derecho, y lo señaló Su Señoría. -<i>Vargas</i>- Ante mí, <i>Miguel Thoribio</i>".</div>
<div style="text-align: justify;">
Así que, si la comedia no gustaba, multa al canto. ¿Qué sucedería hoy si tal se hiciera? Me entra risa floja.</div>
<div style="text-align: justify;">
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">*<i>Proporcionado</i>: Vale también regular, competente o apto para lo que es menester (<i>Diccionario de Autoridades</i>).</span></div>
Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-72238586141832199512014-04-20T20:55:00.001+02:002014-04-20T20:55:34.086+02:00Que muero porque no muero<br />
<iframe align="top" allowfullscreen="" frameborder="0" height="115" hspace="0" marginheight="0" scrolling="no" src="http://www.goear.com/embed/sound/703d3d7" vspace="0" width="580"></iframe> <br />
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Santa Teresa de Jesús. <i>Poesías</i>. Edición de M. Rivadeneyra. Madrid. 1861.Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-5014761251025815342014-04-09T17:40:00.000+02:002014-04-09T17:40:52.629+02:00Bajo las nubes<div style="text-align: justify;">
Se asemeja al gris monótono del invierno. Como ese tiempo en el que nunca pasa nada, en el que nada está por ocurrir, como ese tiempo que ya a nadie aguarda. Creemos que nos alejamos y, sin embargo, permanecemos en el mismo sitio, junto al árbol de hojas ausentes que repiten una y otra vez al arrullo del viento: "<i>No hay camino de vuelta, no hay camino de vuelta</i>". Recordamos el instante de soledad que se parece a una tarde de un domingo cualquiera que se acaba. Aguardamos no se sabe bien qué, pero seguro que era algo que ya habíamos vivido. Por culpa del ayer y del mañana no puede perderse el ahora, no olvides que estamos bajo las nubes.</div>
Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-50451312089889584512014-03-31T19:19:00.001+02:002014-03-31T19:19:43.258+02:00Dos cuerpos<br />
<iframe align="top" allowfullscreen="" frameborder="0" height="115" hspace="0" marginheight="0" scrolling="no" src="http://www.goear.com/embed/sound/61a0170" vspace="0" width="580"></iframe> <br />
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<i>Dos cuerpos</i>. Octavio Paz, México D.F. 31 de marzo de 1914- México D.F. 19 de abril de 1998Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-4377695263190157122014-03-28T17:34:00.001+01:002014-03-28T17:36:29.248+01:00Corazón de membrilloCaigamos en la noche<div>de las tentaciones,</div><div>enrédate en el abrazo oscuro,</div><div>enrédame en las raíces </div><div>del deseo inconcreto,</div><div>guísame a fuego lento</div><div>para saborearme</div><div>en el manjar de la eternidad. </div>Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-52670563401528549222014-03-22T18:37:00.000+01:002014-03-22T18:37:04.338+01:00Las canciones en francés<div style="text-align: justify;">
Aquel amigo descubrió que le gustaba un fragmento de la canción de Alberto Cortez titulada <i>No soy de aquí</i> cuando decía que le encantaban "las canciones en francés". Aquel amigo también descubrió con muchos años de retraso (que es como se descubren las ideas, las teorías y las vanguardias aquí en España, donde algunos acaban de descubrir mayo del 68 pero no que Fidel Castro ya no está en Sierra Maestra ni que cayó el muro de Berlín) <i>la nouvelle vague,</i> que nos encandiló a todos hasta hacernos inseparables de Antoine Doinel o Truffaut, y Chabrol, y Rohmer. Un cine que rompía con la tradición tan literaria de la filmografía francesa, que adelantaba al neorrealismo italiano pero rindiéndose a Howard Hawks, John Ford o Alfred Hitchcock. "Si el escritor escribe con una pluma o un bolígrafo, el director escribe con la cámara", decía Alexandre Astruc desde <i>Cahiers du cinèma</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
Aquel amigo llamaba a Brigitte Bardot "animalito erótico" sin malicia; menos mal que eran otros tiempos menos políticamente correctos porque hoy le hubieran atizado por todos los lados.</div>
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Aquel amigo me comentaba que la película de Lelouch <i>Un hombre y una mujer</i> había envejecido muchísimo al volverla a ver veinticinco años más tarde. Yo le dije que si no seríamos nosotros los que habíamos envejecido.</div>
<div style="text-align: justify;">
Con aquel amigo perdí el contacto hace mucho tiempo. Los caminos de la vida, las distancias y esas cosas nos llevaron por diferentes derroteros y tenemos muchos años de no saber el uno del otro. </div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy le he recordado con el mismo cariño de antaño, seguramente idéntico al que él me regala esté donde esté. Y, aunque no la escuche -ni lea estas letras- nunca, me apetece dedicarle una canción en francés. Y de Brigitte Bardot.</div>
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<br /></div>
<iframe align="top" allowfullscreen="" frameborder="0" height="115" hspace="0" marginheight="0" scrolling="no" src="http://www.goear.com/embed/sound/3bd852e" vspace="0" width="580"></iframe>Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-54387118388932179872014-03-10T17:00:00.000+01:002014-03-10T17:00:55.967+01:00El rey absoluto<div style="text-align: justify;">
Todo el mundo sabe que Fernando VII era un cenutrio esférico (por todos los lados), pero lo que quizá algunos ignoren es que cuando contrajo matrimonio con doña María Cristina de Borbón, en el programa de Festejos Reales que se celebraron con motivo del enlace regio, se decidió que en el madrileño teatro del Príncipe se cantara una ópera con el fin de halagar a la joven esposa, que era italiana y en Italia son muy amantes del <i>bel canto</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero a Fernando VII, de espíritu poco cultivado al parecer, no le gustaba nada la ópera y sí -entre otras muchas cosas que no vienen al caso- los sainetes de don Ramón de la Cruz. El primer acto de la ópera pudo soportarlo a durísimas penas; pero el aburrimiento y el fastidio eran tan grandes que, en las primeras escenas del acto segundo, ordenó que se suspendiera la ópera y que, en su lugar, se representaran los célebres sainetes <i>La casa de Tócame Roque</i> y <i>El sutil tramposo</i>. </div>
<div style="text-align: justify;">
Era la voluntad real y así se hizo, improvisándolo todo deprisa y corriendo. La joven italiana empezó a hacerse una idea de con quién se había casado.</div>
Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-22111604063888695542014-02-28T20:32:00.000+01:002014-03-02T13:12:51.624+01:00El reloj de arena<br>
<iframe align="top" allowfullscreen="" frameborder="0" height="115" hspace="0" marginheight="0" scrolling="no" src="http://www.goear.com/embed/sound/d7170a0" vspace="0" width="580"></iframe><br>
Jorge Luis Borges. El reloj de arena. <i>El Hacedor</i>. 1960Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-27347566196962119722014-02-23T18:06:00.000+01:002014-02-23T18:10:40.085+01:00¡Qué país, Miquelarena!<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Todo el mundo sabe que la expresión <i>"¡Qué país, Miquelarena!"</i> se hizo muy popular en la España de la posguerra e, incluso, ha pervivido hasta nuestros días. Lo que quizá muchos no sepan son el origen y el autor de dicha frase. </div>
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<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Jacinto Miquelarena fue un periodista y escritor nacido en Bilbao en 1891 que fundó el primer diario deportivo del que se tiene noticia en España, el <i>Excelsior</i>. También contribuyó a componer el <i>Cara el sol</i> juntó a otros literatos falangistas en el café Lyon, de la madrileña calle de Alcalá. Fue colaborador de El Pueblo Vasco, el Sol y, desde 1930, del diario ABC. Primer director de Radio Nacional de España en 1937, fue corresponsal de la agencia EFE y de los diarios Clarín, de Argentina, y ABC en París hasta su fallecimiento en la capital de Francia en 1962, donde se arrojó al paso del metro angustiado por la aparición de un cáncer y el acoso del director de ABC, Luis Calvo, que le sumieron en el abatimiento. En el bolsillo de su chaqueta se encontró una carta en la que responsabilizaba directamente a Luis Calvo de su suicidio.</div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Pero volviendo a la frase en cuestión que da origen a este artículo, se ha atribuido a multitud de personas, pero quien arroja luz sobre el asunto es la doctora Leticia Zaldívar Miquelarena, nieta del escritor y su biógrafa, que narra la anécdota situándola en un andén de la Estación del Norte de Bilbao. Pedro Mourlane Michelena, escritor también bilbaíno, partícipe igualmente en la creación del <i>Cara al sol</i>, despedía a su amigo Jacinto Miquelarena que se iba a uno de sus viajes, cuando se asomó un coronel a la ventanilla del tren y le dijo a uno de sus soldados: <i>"Tú, corre a la cantina y que te den una guindilla picante"</i>. Cuando el soldado se encaminaba a la cantina se escuchó la voz del coronel que vociferaba: <i>"¡Y que pique mucho! ¡Que si no te la voy a meter por el culo!"</i>. El imperativo diálogo sorprendió a los presentes y Pedro Mourlane se volvió hacia su amigo y le dijo: <i>"¡Qué país, Miquelarena, qué país!"</i>.<br />
Charlando un día con su amigo Rafael Sánchez Mazas, Miquelarena le comentó entre risas: <i>"Voy a pasar a la posteridad por la frase de Mourlane en lugar de por mi trabajo"</i>. Que cada quien saque sus conclusiones.</div>
Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-74645268107716652902014-02-13T20:17:00.001+01:002014-02-13T20:29:57.179+01:00De alfeñiques y hombres<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBSWPsTzeGohZA-JQe4aZVH2rrSgObtN2tAR0BZJZYC_C8RETnvRXESC2SEYe0n0e2UGUTsMWbi5Q_Ixk725hQGzJ4xoyFPJT7Uqzzdi6Os_hRVqKSlAdetFmhWuJA_Wxh2cKt/s1600/Casa+del+alfe%C3%B1ique.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBSWPsTzeGohZA-JQe4aZVH2rrSgObtN2tAR0BZJZYC_C8RETnvRXESC2SEYe0n0e2UGUTsMWbi5Q_Ixk725hQGzJ4xoyFPJT7Uqzzdi6Os_hRVqKSlAdetFmhWuJA_Wxh2cKt/s320/Casa+del+alfe%C3%B1ique.JPG" height="240" width="320" /></a></div>
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Puebla de los Ángeles es una ciudad preciosa, no ya de las más lindas de México, sino de todo el mundo. Me enamoraron sus casas del centro histórico de fachadas con diferentes colores que no sólo no desentonan entre sí sino que configuran una melodía armoniosa y viva. Una de ellas, con fachada y aleros barrocos espectaculares, que más llamaron mi atención fue la "Casa del Alfeñique". Cuando me dijeron su nombre, en mi absoluta ignorancia, imaginé que debería su nombre al hecho de que su constructor, o su propietario, fuera un individuo pequeñito y enclenque, ya que esa era la acepción que yo atribuía a la palabra "alfeñique". Bárbara me miró con extrañeza cuando lo dije en voz alta. Y me aclaró que en México un alfeñique es un dulce de azúcar en forma de barra delgada y retorcida. Y que incluso en Toluca hay una feria del alfeñique muy conocida, y muy dulce, obvio. La fachada barroca de la casa semeja las formas de ese dulce. También me explicó que la casa la mandó construir don Juan Ignacio Morales en 1790 como regalo de amor para su esposa.<br />
Los hispanohablantes no somos conscientes muchas veces de la inmensa riqueza que manejamos en nuestro vocabulario, ni de cómo habitan en un mismo vocablo significados tan distintos. No es de extrañar que México sea el vivero que mantiene tan vivo el idioma español, pues sigue utilizando palabras y expresiones perdidas ya irremediablemente en España y añadiendo al idioma vocablos del náhuatl, zapoteco, mixteco, maya, etc. Y todo eso pese a la influencia anglosajona de sus vecinos del norte.<br />
Volviendo a los alfeñiques, di en pensar que no dejaba de ser curiosa y divertida la polisemia de tal vocablo. Porque, ¿no resulta muy difícil de imaginar a un alfeñique (hombre escuchimizado) dulce? Según la tradición los enclenques son débiles, raquíticos y tienen muy mala uva -seguramente por ser pequeñitos y flojos-, por contra de los corpulentos que son robustos, buenazos y simpaticones. Claro que la mencionada tradición puede estar errada y no tener que ser así. ¿Hay chaparritos bonachones y grandotes pícaros? Quizá alguien me ilustre sobre el asunto.<br />
Caminando por la avenida 4 Oriente, donde se encuentra la Casa del Alfeñique (hoy Museo del Estado de Puebla), pensaba en hombres que construyen casas que simbolizan dulces para obsequiar a sus amadas esposas. Hombres que han pagado su victoria con muchas derrotas, su riqueza con muchas pérdidas. Que han alcanzado su grandeza reconociendo su propia pequeñez. Siendo solamente hombres. Que sean alfeñiques -en cualquiera de sus acepciones- seguramente sea lo de menos.</div>
Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-32245480976883704412014-01-31T19:24:00.002+01:002014-01-31T19:24:20.311+01:00El enamorado y la muerte<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmYkDIgR_0PDBns5lZrVpZ_8CDe6aywsyl2DzsaH9wtOoBDZCeRufqoSMDKkcKqZXYz-iMKC2qMw6blWPitopHzzZdlbbMIR9cSrx4jVUX-0idm2potO5LFDwBr-9Kn2Mp2S6J/s1600/enamorado_y_Muerte-2-f2657.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmYkDIgR_0PDBns5lZrVpZ_8CDe6aywsyl2DzsaH9wtOoBDZCeRufqoSMDKkcKqZXYz-iMKC2qMw6blWPitopHzzZdlbbMIR9cSrx4jVUX-0idm2potO5LFDwBr-9Kn2Mp2S6J/s320/enamorado_y_Muerte-2-f2657.jpg" /></a></div>
<br />
<iframe align="top" allowfullscreen="" frameborder="0" height="115" hspace="0" marginheight="0" scrolling="no" src="http://www.goear.com/embed/sound/aa5ea8f" vspace="0" width="580"></iframe>Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-77256069946739596792014-01-26T21:16:00.003+01:002014-01-27T11:15:24.105+01:00Conversos<div style="text-align: justify;">
Acariciado por una iluminación espontánea, el individuo ve, de súbito, que la verdad ha aparecido ante él ofrecida y rozagante y no tiene más remedio que inventar la pólvora. Cualquier idea anterior ya carece de sentido, de vida, de realidad. Ha nacido un converso. Abraza su nueva religión con insospechado entusiasmo y se abisma en ella con la excitación propia de la novedosa verdad que ya atesora. A partir de ese momento el resto de la humanidad habrá de soportar su incansable elogio de lo recién descubierto y, lo que es peor, su irrefrenable afán de proselitismo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Podríamos estar hablando exclusivamente en el plano teológico pero la cofradía de los conversos se extiende en cualquier dirección y en cualquier ámbito. Los que han dejado de fumar, los que han dejado de comer carne, los que acaban de descubrir los beneficios de la infusión de cualquier hierbajo con nombre estrambótico... Y vuelvo a su afán de proselitismo que no para de atosigar a sus semejantes con denuedo. Un dicho popular afirma que <i>no hay peor beata que la que ha sido puta</i>, y en el converso se cumple la sentencia a la perfección, pues no se conforma con su primer impulso de proselitismo sino que ataca con denuestos y venablos a los que -hasta hace bien poco- eran de su misma religión, idea o gusto. Qué furia desatada la del fumador que ha dejado de serlo contra todo aquel que se lleva nicotina a los pulmones. Qué irritación la del neófito vegetariano contra el particular que mastica con delectación un solomillo de ternera. Y así con muchas, muchas otras personas y cosas.<br>
Lo curioso es que la mayoría inmensa de las personas nos convertimos a bastantes credos a lo largo de nuestra vida. ¿Quién no ha sido infiel a su perfume de siempre al descubrir otro que le agrada más? ¿Quién no ha descubierto el placer de saborear el chocolate negro a solas y en silencio relegando el blanco y el con leche al olvido? Personalmente me he convertido muchas veces y en muchos dogmas. Cuando estuve en Oaxaca descubrí el mezcal y cuando me dijeron que "<i>para todo mal, mezcal; y para todo bien, también</i>", abracé el delicioso licor como una nueva religión. Cuando descubrí el libro electrónico di la barrila a mis amigos con sus ventajas (después de haberlo denostado hasta la náusea). Aunque no llego ni de lejos a igualar a mi amigo <i>El Empanao</i>, una bellísima y encantadora persona, al que podríamos calificar como converso estacional, pues le he contado una media de cuatro conversiones anuales, una por estación. Las del pasado año fueron las galletitas de arroz para el invierno, los baños de sol en un banco del parque en primavera, el áloe vera en verano y la meditación transcendental para curar los catarros en otoño. Pese a estas manías y la elocuente perorata sobre sus beneficios que me endilga, tiene de bueno que su conversión es variada y no te resulta agobiante.<br>
Pero qué plomos somos a veces con nuestras conversiones. En lugar de dejar a la gente tranquila y a su aire la martirizamos con nuestras experiencias místicas sobre la avena, el misterio de la Santísima Trinidad o las bombillas led para el cuarto de baño. Y es que somos humanos, mutables, enamoradizos y creyentes de casi todo o de casi nada, qué le vamos a hacer. <br>
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Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-46144649488413532942014-01-08T17:18:00.000+01:002014-01-08T17:28:40.583+01:00No ha leído el libro<div>
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<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Mi querido Yorick, cómo están algunas cabezas. Figúrate que el pollo que interpreta el personaje principal de la película El Médico, adaptación de la novela homónima de Noah Gordon, ha dicho que "no he leído el libro, no tengo tiempo". No sé quién es, cómo se llama ni tengo el más mínimo interés en averiguarlo. ¿Recuerdas, mi pobre Yorick, lo que nos decía Marsillach? "La mayoría de los actores —salvo honrosas excepciones— son unos incultos que únicamente saben aprenderse su papel". Qué cierto, Yorick. Huérfanos de estudios y de lecturas se zambullen en la interpretación para la que pueden, o no, estar dotados por naturaleza, y pocos son los que se preocupan por instruirse y aprender algo más. ¿Cómo extrañarnos, entonces, de que al joven gallardo que interpreta el papel de Fernando el Católico —Sancho creó que se apellida— en la serie televisiva "Isabel" se le ocurra definir al rey de Aragón exclusivamente como tirano? Sí, Yorick, sí; públicamente en una entrevista en televisión. ¿No te estremece imaginar el calificativo que les hubiera adjudicado a Ramiro II o a doña Urraca? </div>
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Sí, también recuerdo nuevamente a Marsillach cuando nos comentaba que la conversación con los actores fuera de escena, plató o estudio era absolutamente plana, pues sólo hablan de tres cosas: a) de ellos mismos, b) de lo que hacen y cobran, c) de los chismorreos entre compañeros de profesión. </div>
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<div style="text-align: justify;">
Y como ribete, llega Coronado que es apuesto, bizarro, actor pasable y buen chaval aunque tenga menos luces que un tren de mercancías, para perorar al mundo que quiera escucharle que "cuando los actores opinan sobre cualquier cosa, como son conocidos, tienen influencia en la población" (sic). Tembladeras me entran, mi pobre Yorick. </div>
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<div style="text-align: justify;">
No leen el libro, ningún libro, ni saben más allá de interpretar "su" papel —porque no tienen tiempo de leer el resto de la obra, ni les importa un pimiento— pero opinan, substantivan, adjetivan y califican como auténticos académicos. Y alguna parte de la población les escucha y aplaude, seguramente porque tampoco tienen tiempo de leer.</div>
</div>
Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-61354826225312442452014-01-02T14:09:00.001+01:002014-01-06T21:01:38.667+01:00Uva esquiva<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>El ritual estaba minuciosamente preparado, las uvas de lata peladas y sin pepitas, la botella de vino de la Ribera del Duero que me regaló Silvia abierta para que se oxigenase (aún me caen lágrimas de la emoción al recordar lo rico que estaba). Y hasta me puse un pañuelo colorado al cuello que daba la impresión de que fuera a correr los Sanfermines, pero como no recordé recoger el smoking del tinte, la colisión estética no resultaba tan hiriente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Y comienzan los cuartos, llegan las campanadas, me afano en trasegar cada una de las uvas, sosas como la madre que las parió, acompasado con el reloj de la Puerta del Sol que suena en la televisión... Cuando una uva, esquiva y puñetera se me desliza entre los dedos, resbala y desaparece volando. ¿Era la sexta, la séptima o la octava? Ahhhhh. Otra vez ahhhhh. La busco con la mirada por la alfombra, en el almohadón del sofá. Nada. Ahhhh. Las campanadas siguen ajenas a mi accidente, inexorables, desvaneciendo su sonido. Engullo las uvas que me quedan en el platillo sin orden ni concierto, derramo el agüilla que dejan por la alfombra, mi mente se transforma en un laberinto de supersticiones funestas. Brindo distraído y abrazo sin efusión propia del regocijo de la entrada del 2014 en nuestras vidas. Los peores augurios se acumulan en mi supersticiosa cabeza. ¿Tiene algún significado que haya sido la sexta, séptima u octava uva la que ha salido volando? ¿Debo asociarlo a alguna desventura que me sobrevendrá en alguno de esos meses que representa?</div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Mi ánimo se va sosegando poco a poco y decido buscar la uva esquiva hasta que la muy maldita aparece debajo del sofá. Siento sobre mi algunas miradas sorprendidas al verme a cuatro patas hurgando bajo el sofá para recuperar a la miserable que tal quebranto me ha causado, pero ajeno a cualquier otra circunstancia, la cojo con dos dedos —los mismos de los que huyó— mientras la miro con reprobación y, al momento e impulsivamente, la muerdo con rabia. </div>
<div style="text-align: justify;">
Qué cansado resulta ser tan supersticioso, caramba.</div>
Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-37817586383041497812013-03-31T19:57:00.001+02:002013-03-31T19:57:01.738+02:00Diplomáticos y damasCuando un diplomático dice "sí" quiere decir "quizá".<br />
Cuando dice "quizá" quiere decir "no".<br />
Cuando dice "no", no es un diplomático.<br />
<br />
Cuando una dama dice "no" quiere decir "quizá".<br />
Cuando dice "quizá" quiere decir "sí".<br />
Cuando dice "sí", no es una dama.Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-61680262386677523802013-03-01T19:24:00.002+01:002013-03-01T19:57:13.100+01:00Fábula<div style="text-align: justify;"><br />
</div> Una serpiente perseguía enconadamente a una luciérnaga. Día y noche iba tras ella sin descanso. Agotada, la luciérnaga se detuvo, rendida y dispuesta a ser devorada por aquel reptil. <br />
- Ya que vas a comerme, déjame serpiente que te haga tres preguntas.<br />
- Me parece bien. <br />
- ¿Estoy en tu cadena alimenticia?<br />
- No.<br />
- ¿Te he hecho algún mal?<br />
- No.<br />
- Entonces, ¿Por qué quieres devorarme?<br />
- Porque no soporto que brilles.<br />
Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-13411534255653323342013-02-19T19:53:00.000+01:002013-02-19T19:54:03.430+01:00Esa pierna es mía<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjE_MzoWRAONmvYo3ygSjkX4qzW4Q2BFFK5ji1jDw5zuQMOXWnj3KDJT4qP0jzx3MEuTZCgiA-VvbPKgUvnDmQXZ2Np2mQ8hyphenhyphenqxRXpsDz9gFQkUheOxVopV7VqscpdE5sy1ABFO/s1600/the+graduate.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjE_MzoWRAONmvYo3ygSjkX4qzW4Q2BFFK5ji1jDw5zuQMOXWnj3KDJT4qP0jzx3MEuTZCgiA-VvbPKgUvnDmQXZ2Np2mQ8hyphenhyphenqxRXpsDz9gFQkUheOxVopV7VqscpdE5sy1ABFO/s320/the+graduate.jpg" width="213" /></a></div>
Hace muy poco me enteré de que la pierna que aparece en el cartel de la película <i>El graduado</i> no es de la protagonista, Anne Bancroft, sino de una modelo llamada Linda Gray. Lo ha relatado la propia Gray, quien es actriz muy conocida a raíz de interpretar en televisión a Sue Ellen, la esposa del pérfido y malvado J. R. de la serie <i>Dallas</i>. La Bancroft tenía problemas de agenda el día de la sesión fotográfica y se recurrió a una joven modelo que andaba por el estudio, la antedicha Linda Gray, quien prestó su pantorrilla para la posteridad del séptimo arte suplantando la de la inefable señora Robinson.</div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando leí la noticia recordé inmediatamente la pierna enfundándose una media de seda negra y a un Dustin Hoffman con aire de soplagaitas que la miraba de lejos. Y recordé la banda sonora de Simon y Garfunkel. Y, más o menos, la trama general de la película, pero poco más.<br />
No sé si a los mitómanos enamorados platónicamente de Anne Bancroft les habrá sentado a cuerno quemado la revelación, que los mitómanos son proclives a enojarse por cualquier nadería. La pantorrilla es bonita, torneada, y resulta sugerente, ¿qué más da que no sea propiedad de la protagonista de la película? Además, todo es producto de la ficción, desde la película hasta la pierna.<br />
Cuando vamos al cine o al teatro pagamos una entrada para que nos mientan, queremos que nos cuenten trolas porque nos distraen de las verdades que nos rodean en la realidad. Queremos que nos engañen.<br />
Siendo muy joven, junto con otros compañeros actores, gustaba de ponerme en la primera fila de butacas para tener más cerca a los protagonistas y estudiarlos. Un amigo y maestro se colocaba siempre en la fila seis o la siete. "¿No vienes con nosotros?" -le preguntamos. "Me gusta que me engañen" -respondió con una sonrisa y se fue a su butaca de la fila seis. Fue una estupenda lección.<br />
La mentira, el relato de cosas bellas y falsas, es el fin mismo de la creación artística. Da igual de quién sea la pierna, aunque sea mía.</div>
Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-59326041341783134522013-02-05T20:29:00.000+01:002013-02-06T14:12:51.081+01:00Nervios de estreno<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Se estrenaba en Valladolid el drama <i>El bufón del rey</i>, de Diego San José y Enrique Reoyo. La entrada en escena de Francisco I, el rey al que se refiere el título de la obra, tenía lugar en el salón del trono, reunida toda la corte con gran solemnidad. </div>
<div style="text-align: justify;">
La llegada de su majestad era anunciada por una joven actriz que representaba el papel de un paje. Estaba en los comienzos de su carrera y por esa razón estudió y ensayó cuidadosamente su texto, que consistía en dos únicas palabras con las que remataba una quintilla, pues la obra era en verso. Las palabras eran "el rey".</div>
<div style="text-align: justify;">
Nerviosa, durante los días que duraron los ensayos, la bella muchacha repetía constantemente: el rey, el rey, el rey... Si decía bien aquellas dos palabras, quizás en otra obra le dieran un papel más largo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Llegó la noche del estreno, los autores presenciaban la representación entre bastidores. La joven actriz, disfrazada de paje, entró desde el foro gritando con solemnidad, con entusiasmo, a plena voz: "¡¡EL SEIS!!".</div>
<div style="text-align: justify;">
Reoyo le dijo al oído al pasmado San José:</div>
<i> Mala centella le parta.</i><br />
<i> ¿Te has fijado? Esa mocosa</i><br />
<i> por pensar en otra cosa</i><br />
<i> se ha equivocado de carta.</i><br />
Y es que los nervios en un estreno pueden jugarte muy malas pasadas.Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-75230880424641541552013-01-31T18:15:00.000+01:002013-01-31T18:15:50.702+01:00Popular y desconocida<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFDTYhne8Wr5rjWXsWq6oUHJNGcbnovXt8dvWuqA7RUJN87jEyV-mPIdNp0eCea64PWNoJ1bC-PGbbB1Cz1yKlmX1yU5JJVHjJmiPsDAQBMm6HJP753wI2EbSst1MuCT3SnHkD/s1600/mariajosefacarmela.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFDTYhne8Wr5rjWXsWq6oUHJNGcbnovXt8dvWuqA7RUJN87jEyV-mPIdNp0eCea64PWNoJ1bC-PGbbB1Cz1yKlmX1yU5JJVHjJmiPsDAQBMm6HJP753wI2EbSst1MuCT3SnHkD/s320/mariajosefacarmela.jpg" width="265" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Cualquier aficionado a la pinturas de Francisco de Goya la habrá visto multitud de veces en el retrato de la familia de Carlos IV. Y, quizá, haya averiguado que su nombre era María Josefa Carmela de Borbón, aunque para la mayoría no sea más que el espantajo goyesco que aparece en un rincón del cuadro.</div>
<div style="text-align: justify;">
Felipe V de España murió sin conocer nieto varón. El monarca, que había cambiado nuestras antiguas leyes sucesorias -que admitía que las princesas accediesen al trono- por la ley Sálica de importación francesa (y norma sacrosanta de los Borbones) que excluía a las hembras de la sucesión a la Corona. Y casi fue mejor para él pues un año después de su muerte nació en Nápoles el primero de sus nietos varones, que resultó imbécil.</div>
<div style="text-align: justify;">
Luis I y Fernando VI, vástagos del primer matrimonio del fundador de la casa de Borbón en España, no tuvieron hijos, así pues la sucesión recaería un día en el tercer hijo varón superviviente, el infante don Carlos, primogénito de la Farnesio.</div>
<div style="text-align: justify;">
Carlos se casó con María Amalia de Sajonia, que verdaderamente parecía una porcelana a punto de romperse, y empezaron a engendrar a destajo. Pero sólo nacían niñas que fallecían con asombrosa celeridad. De las siete que nacieron solamente dos llegaron a la mayoría de edad, María Luisa y María Josefa Carmela. Luego llegaría don Felipe (excluido de la sucesión por su condición de deficiente mental), y el que sería futuro Carlos IV, que sólo era medio tonto, y cuatro chicos más.</div>
<div style="text-align: justify;">
Volviendo a quien nos ocupa, María Josefa Carmela -Pepa a secas para los íntimos- no tuvo belleza, ni simpatía, ni inteligencia, ni sentido del humor, ni ambición. Fue un cero a la izquierda difícil de imaginar. El padre Coloma nos deja de ella un retrato físico rayano en la crueldad:</div>
<div style="text-align: justify;">
"<i>A los veintinueve años, su ridícula figura, pequeña, fea y contrahecha, había hecho imposible encontrarla un marido que la igualase en rango. Escudada tras su fealdad, la infanta Josefa vivió y murió soltera, sin que amigos ni enemigos turbaran la paz de su insignificancia</i>".</div>
<div style="text-align: justify;">
Y su cuñada la reina Maria Luisa, esposa de Carlos IV escribía a su favorito Manuel Godoy:</div>
<div style="text-align: justify;">
"<i>La tía Pepa no es suave ni temporizadora, sino un agraz</i>".</div>
<div style="text-align: justify;">
Motivos no tenía la infanta para ser unas castañuelas. </div>
<div style="text-align: justify;">
Carlos III, sentado ya en el trono de Madrid, había tenido el valor de intentar casarla nada menos que con Luis XV, viudo de la polaca María Leczinska, que no quiso ni oír hablar del asunto. Poco después se pensó unirla con su tío el infante don Luis (hermano menor del propio CarlosIII), pero tampoco llegó a producirse el enlace, pues si bien el infante ya se había resignado, doña Pepa mudó de opinión temerosa de que una comentada enfermedad venérea que había padecido don Luis pudiera perjudicarla. Muy escrupulosa, se negó en redondo a compartir el tálamo del afamado crápula.</div>
<div style="text-align: justify;">
Hasta su muerte, en 1801, vivió Pepa en el palacio real con su hermano el rey Carlos IV. Y Goya la incluyó en el retrato de familia. Y ahí la hemos visto, asomando su faz de bruja (más afeada si cabe por un enorme lunar postizo, que cubriría una mancha facial, según la moda de la época) por detrás del hombro de su sobrino, el futuro Fernando VII, velada la deformidad de su figura por las sombras. El personaje más esperpéntico de una pintura sublime.</div>
Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-61744056214841564432012-07-25T16:52:00.002+02:002012-07-25T16:53:23.639+02:00¿Pintar la desesperación?<div style="text-align: justify;">
No ha mucho tiempo que platicaba con <a href="http://lamontalbana.blogspot.com.es/" target="_blank">Turulato </a>sobre algo que nos preocupaba a ambos. "¿Cómo se pinta en un cuadro la desesperación?" -me decía a propósito de la actitud de un personaje que vive enfrente de su casa. El hombre en cuestión acostumbra a ser presa de comportamientos que podrían ser tildados de estrafalarios si no fuera porque llevan a cuestas una grandísima carga de amargura. ¿Cómo describir la amargura? Ninguno de los dos sabíamos cómo hacerlo. Angustias, desesperanzas, aflicciones nos rodean y, aunque sepamos adivinarlas, observarlas o percibirlas no somos capaces de escribirlas, y describirlas.</div>
<div style="text-align: justify;">
Seguramente sólo puede hacerlo quien alcance un grado de indiferencia que permita observar sin la distracción de los sentimientos. Pero, ¿cómo no sentir?</div>Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-8029391311958013162012-07-11T21:31:00.000+02:002012-07-11T21:31:56.368+02:00Gesto silencioso<div style="text-align: justify;">
Ella le tendió la mano, bella y suave. El la tomó entre las suyas; y sus dedos volvieron a encontrarse, se interrogaron, y acabaron por unirse, entrecruzados, en ese gesto con que el amor se ofrece con más seguridad que con un beso, como si las manos de dos seres se juntaran para una misma plegaria. En silencio.</div>Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-6432377466114635482012-06-28T23:45:00.000+02:002012-06-28T23:45:04.457+02:00El Lenguaje del Abanico<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Los abanicos se han vuelto a poner de moda. Aunque quizá esté <i>demodèe </i>su lenguaje o, simplemente, se desconozca al tener más utilizable el teléfono celular con su Guasap, su Feisbuq y demás aplicaciones para el artilugio en cuestión. No obstante, el lenguaje del abanico me parece deliciosamente decadente y lo transcribo a continuación.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
1. Abanicarse rápidamente. Te amo con intensidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
2. Abanicarse lentamente. Abanicarse de forma pausada, significa
soy una señora casada y me eres indiferente. También si se abre y
cierra muy despacio significa esto.</div>
<div style="text-align: justify;">
3. Cerrar despacio. Este cierre significa un "Sí". Si
se abre y cierra rápidamente significa, "Cuidado, estoy
comprometida".</div>
<div style="text-align: justify;">
4. Cerrar rápido. Cerrarlo de forma rápida y airada significa un
"No".</div>
<div style="text-align: justify;">
5. Caer el abanico. Dejar caer el abanico significa: te
pertenezco.</div>
<div style="text-align: justify;">
6. Levantar los cabellos. Si levanta los cabellos o se mueve el
flequillo con el abanico significa que piensa en ti, que no te
olvida.</div>
<div style="text-align: justify;">
7. Contar varillas. Si cuenta las varillas del abanico o pasa los
dedos por ellas quiere decir que quiere hablar con nosotros.</div>
<div style="text-align: justify;">
8. Cubrirse del sol. Significa que eres feo, que no le gustas.</div>
<div style="text-align: justify;">
9. Apoyarlo sobre la mejilla. Si es sobre la mejilla derecha
significa "Si". Sobre la mejilla izquierda es "No".</div>
<div style="text-align: justify;">
10. Prestar el abanico. Si presta el abanico a su acompañante,
malos presagios. Si se lo da a su madre, quiere decir "Te
despido, se acabó".</div>
<div style="text-align: justify;">
11. Dar un golpe. Un golpe con el abanico sobre un objeto,
significa impaciencia.</div>
<div style="text-align: justify;">
12. Sujetar con las dos manos. Si sujeta el abanico abierto con
las dos manos, significa "es mejor que me olvides".</div>
<div style="text-align: justify;">
14. Cubrirse los ojos. Con el abanico abierto, significa "Te
quiero". Si se cubre el rostro puede significar "Cuidado,
nos vigilan.</div>
<div style="text-align: justify;">
15. Pasarlo por los ojos. Si se pasa el abanico por los ojos
significa, "Lo siento". Si cierra el abanico tocándose los ojos quiere
decir, "Cuando te puedo ver".</div>
<div style="text-align: justify;">
16. Abrir el abanico y mostrarlo. Significa, "Puedes
esperarme".</div>
<div style="text-align: justify;">
17. Cubrirse la cara. Cubrirse la cara con el abanico abierto,
significa: "Sígueme cuando me vaya".</div>
<div style="text-align: justify;">
18. A medio abrir. Apoyar el abanico a medio abrir sobre los
labios quiere decir "Puede besarme".</div>
<div style="text-align: justify;">
19. Apoyar los labios. Si apoya los labios sobre el abanico o sus
padrones, significa desconfianza, "No me fío".</div>
<div style="text-align: justify;">
20. Pasarlo por la mejilla. Significa, "Soy casada".</div>
<div style="text-align: justify;">
21. Deslizarlo sobre los ojos. Significa: "Vete, por favor".</div>
<div style="text-align: justify;">
22. Mano izquierda. Llevarlo en la mano izquierda quiere decir:
"Deseo conocerte". Moverlo con la mano izquierda significa:
"Nos observan".</div>
<div style="text-align: justify;">
23. Mano derecha. Llevarlo o moverlo con la mano derecha,
significa: "Amo a otro".</div>
<div style="text-align: justify;">
24. Pasarlo de una mano a otra. Significa, "Estás flirteando
con otra" o "Eres un atrevido".</div>
<div style="text-align: justify;">
25. Girarlo con la mano derecha. Significa: "No me gustas".</div>
<div style="text-align: justify;">
26. Tocar la palma de la mano. Quiere decir: "Estoy pensando
si te quiero".</div>
<div style="text-align: justify;">
27. Sobre el corazón. Apoyar el abanico abierto sobre el corazón
o el pecho, quiere decir: "Te amo" o "Sufro por tu
amor".</div>
<div style="text-align: justify;">
28. Darse en la mano izquierda. Darse un golpe con el abanico
cerrado en la mano izquierda significa "Ámame".</div>
<div style="text-align: justify;">
29. Mirar dibujos. Mirar los dibujos del abanico, quiere decir:
"Me gustas mucho".</div>
<div style="text-align: justify;">
30. Bajarlo a la altura del pecho. Significa: "Podemos ser
amigos". También dejarlo colgado, quiere decir "Seremos
amigos".</div>
<div style="text-align: justify;">
31. Cerrarlo sobre la mano izquierda. Quiere decir: "Me
casaré contigo".</div>
<div style="text-align: justify;">
32. "Saldré". Ponerse en el balcón con el abanico abierto o salir
al balcón abanicándose. También entrar en el salón abanicándose.</div>
<div style="text-align: justify;">
33. "No saldré". Dejarse el abanico cerrado en el balcón, salir al
balcón con el abanico cerrado, o entrar en el salón con el abanico
cerrado.</div>
<div style="text-align: justify;">
34. Arrojar el abanico. Quiere decir: "Te odio". o
"Adiós, se acabó".</div>
<div style="text-align: justify;">
35. Presentarlo cerrado. Significa: "¿Me quieres?".</div>
<div style="text-align: justify;">
36. Sobre la oreja. La izquierda, "Déjame en paz no quiero
saber nada de ti". La derecha, "No reveles nuestro
secreto".</div>
<div style="text-align: justify;">
37. Contar o abrir cierto número de varillas. La hora para quedar
en una cita, en función del número de varillas abiertas o
"tocadas".</div>
<div style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br />
</div>Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-3796043606118161762012-06-18T20:17:00.000+02:002012-06-18T20:17:11.716+02:00Teorema de Pitágoras<div style="text-align: justify;">
Ella escribía poemas en clase de matemáticas, quizá porque no le encontraba
la magia al teorema de Pitágoras. Me preguntaba si ansiaba recorrer los lugares incompletos del alma, jugar y creer en lo cierto y en lo exacto. ¿Qué decían aquellas palabras? No lo sé. Nunca me permitió
leer sus poemas.</div>Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-14407755500817083392012-04-12T20:38:00.003+02:002012-04-12T21:02:31.981+02:00El sustanciero<div style="text-align: justify;">Quizás la historia se repita a si misma, ya que en tiempos de penuria y necesidades los hechos tienen la guasa de volver desde aquellas épocas pasadas y olvidadas. Tal como están las cosas no sería extraordinario que volviera a aparecer en nuestras calles la figura del "sustanciero". Era éste un personaje que provisto de un hueso de jamón iba por las casas introduciéndolo en los pucheros para darles sabor. El precio solía ser de peseta por cuarto de hora. Claro que si el susodicho hueso estaba ya gastado y chuchurrido, el importe del servicio sería menor.<br />Y es que a buen hambre no hay pan duro. Contaba la maravillosa actriz Aurora Redondo que durante la guerra civil, pasando muchísima gazuza, llegó un paquete a su casa enviado por unos parientes desde Argentina. Poca cosa, dos o tres fruslerías y una lata. Se llenaron de alegría porque en tal lata había unos polvos como de cacao (¡menudo lujo en aquellos momentos!) y se prepararon un chocolate estupendo. Al cabo de unos días llegó una carta de los parientes argentinos en la que les preguntaban si habían llegado bien las cenizas del tío Florentino, fallecido e incinerado recientemente. Las cenizas -obvio- descansaban en la lata que se habían zampado con enorme regocijo.<br />Los alimentos con sustancia son exquisitos, dónde va a parar.<br /></div>Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-9458035.post-80029625476508753862012-02-01T19:26:00.002+01:002012-02-01T19:32:37.501+01:00El gafe<p><span id="zw-13525273f5auUS5uDba37e">Todo el mundo sabe que </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Cayetano</span><span id="zw-135302d1155zgtuERba37e"> de </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Borbón</span><span id="zw-135302d115dC7ETECba37e"> Dos </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Sicilias</span><span id="zw-135302d1162JPNVdba37e">, conde de </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Girgenti</span><span id="zw-135302d116a9ddNxSba37e">, casó con la infanta Isabel (alias la Chata), primogénita de Isabel </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">II</span><span id="zw-135302d1170duvNiJba37e"> de España.</span></p><div id="zw-135253323f9Yd7GGba37e" style="text-align: justify;"><p><span id="zw-135253323f7RdKkwvba37e">Pero lo que quizá no sepa todo el mundo es que el desventurado </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Cayetano</span><span id="zw-135302d11745gcI5oba37e"> pasaba por ser uno de los mayores gafes de Europa.</span></p></div><div id="zw-13525350d40EbZKsba37e" style="text-align: justify;"><p><span id="zw-13525350d40TiE9Xhba37e">Cuando nació en </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Caserta</span><span id="zw-135302d1178ryJN5Gba37e">, el 12 de enero de 1846, se desprendió una cornisa de aquel soberbio palacio real napolitano. </span><span id="zw-13525368025yK1_ETba37e">El día de su bautizo, un cirio de la capilla estuvo a punto de provocar un incendio pavoroso. En su primera comunión se atragantó el niño con el Pan de los Ángeles. Ya en el exilio, al ser filiado en el ejército austríaco, su caballo se rompió una pata. Como remate, Isabel </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">II</span><span id="zw-135302d117dnhGssDba37e"> dispuso que su hija mayor se casase con el gafe un día 13. No resulta extraño que unos meses después perdiese el trono.</span></p></div><div id="zw-135254ab57cZOzw-Xba37e" style="text-align: justify;"><p><span id="zw-135254ab57cZ_e_-_ba37e">Me permito hacer aquí un breve inciso sobre la Chata, la considerada infanta castiza por excelencia. Circuló </span><span id="zw-135254c7521K6kbBJba37e">—</span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d1185rmN-z-ba37e"> aun hay quien así lo cree</span><span id="zw-135254cdde9ADE3zba37e">—</span><span id="zw-135254cddebQzZOba37e"> la leyenda que la presentaba como una mujer asequible </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d118cQDSnq1ba37e"> bonachona, amiga de las gentes del pueblo, pero su propia hermana menor Eulalia la acusaba de rigorista, ordenancista </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d1197Z60raeba37e"> simuladora. Decían testigos imparciales que en sus incursiones a los lugares donde los madrileños celebraban verbenas </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d119eoUc19kba37e"> romerías, </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d11a3mtFvtUba37e"> a las plazas de toros, doña Isabel de </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Borbón</span><span id="zw-135302d11a9yG6XKlba37e"> iba provista de fuertes perfumes "para mitigar los hedores de la plebe" </span><span id="zw-1352550c54djdPf9dba37e">—</span><span id="zw-1352550c550yS0vaGba37e">decía. De regreso a sus habitaciones reclamaba urgentemente el baño. El "</span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">¡uf</span><span id="zw-135302d11aeRGM-lbba37e">!" de la infanta tras una de sus incursiones de propaganda dinástica llegó a convertirse en proverbial entre sus allegados.</span></p></div><div id="zw-1352552c865KuSItKba37e" style="text-align: justify;"><p><span id="zw-1352552c865pSmLHtba37e">Pero volvamos al gafe, aunque el abajo </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">firmante</span><span id="zw-135302d11b3kGYiKzba37e"> (reconocido supersticioso) tema que se le descuajeringue la computadora en cualquier momento por mor de mencionar a uno de estos seres tan cenizos, funestos </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d11b9IXBs6Bba37e"> </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">malasombras</span><span id="zw-135302d11bfCuJf1sba37e">.</span><br id="zw-135255686244Yo_04ba37e"></p><p><span id="zw-135255686241dXuPba37e">Isabel </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">II</span><span id="zw-135302d11c4Xdb1vuba37e">, obligada poco antes por el gobierno liberal, había tenido que estampar su firma en un decreto que reconocía la causa de la unidad italiana liderada por los </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Saboya</span><span id="zw-135302d11ccXV5Prjba37e">, </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d11d6Mgu7tba37e"> que suponía el destronamiento de los </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Borbones</span><span id="zw-135302d11deAM32t5ba37e"> de las Dos </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Sicilias</span><span id="zw-135302d11e7wU_Keba37e">. Seguramente por mala conciencia auspició la boda de su hija de diecisiete años con un príncipe de la recién exiliada familia, sin más fortuna que su honra, al que la novia ni conocía. De más está decir que los </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Borbones</span><span id="zw-135302d11effsNM4yba37e"> de </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Nápoles</span><span id="zw-135302d11f4GEyHEyba37e"> se apresuraron a facturarle al gafe. El 13 de mayo de 1868, a las diez de la noche, Isabel </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d11fa0Y7FHkba37e"> </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Cayetano</span><span id="zw-135302d11ffOXlD_7ba37e"> se casaron </span>en la capilla del palacio real.<br id="zw-135255d6005KBrh1Uba37e"></p><p><span id="zw-135255d6005d3rWRba37e">La verdad era que </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Cayetano</span><span id="zw-135302d1204KeLeFMba37e"> era tan apuesto, tan bondadoso </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d120907xKliba37e"> decente que parecía una bendición de Dios. Bueno, sí que era huraño; </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d120fKKkoCaba37e"> susceptible. Pero en su caso, </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">¿cómo</span><span id="zw-135302d1215qsT95Gba37e"> no iba a serlo?</span><br id="zw-13525dd7587Cto5Xba37e"></p><p><span id="zw-13525dd75873QcKxRba37e">Cuatro días antes de la boda, la reina creó a su yerno infante de España </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d121bfJGt0ba37e">, el mismo día del casamiento, coronel de húsares. Aunque a </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Cayetano</span><span id="zw-135302d1220DAErFba37e"> no le dio tiempo apenas de participar en la vida de la corte; todavía estaba de viaje de novios con Isabel cuando estalló la revolución de septiembre e Isabel </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">II</span><span id="zw-135302d1226WSW6kMba37e"> salió zumbando hacia Francia. </span><br id="zw-1353022eacdmd6QPnba37e"></p><p><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Cayetano</span><span id="zw-135302d122bya7cBYba37e"> tuvo el honroso detalle de penetrar en España </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d1230QRuB9ba37e">, enfundado en su flamante uniforme militar, se batió como un jabato en la batalla de </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Alcolea</span><span id="zw-135302d1237siZqZ9ba37e">, donde le oyeron gritar, sin asomo de pitorreo: "</span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">¡Viva</span><span id="zw-135302d1242Z_qXoGba37e"> mi suegra!".</span><br id="zw-1353024dc2cVXqTloba37e"></p><p><span id="zw-1353024dc2c0COVFwba37e">Tras el fracaso de la acción partió hacia el exilio </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d1247VoZUFbba37e"> se instaló con su mujer en un hotel de la ciudad suiza de Lucerna. Su aspecto se había tornado demacrado </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d1250604sW5ba37e"> descubrió que se encontraba muy enfermo, víctima de frecuentes ataques epilépticos. Desesperado </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d125c5n333Gba37e"> convencido de su mal </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">fario</span><span id="zw-135302d12668Wyd5pba37e">, se descerrajó un balazo en la sien, dejando a Isabel viuda a los diecinueve años.</span></p></div><div id="zw-13530283747O_F2DJba37e" style="text-align: justify;"><p><span id="zw-1353028374752YAgUba37e">En julio de 1871, cuatro </span><span class="" id="zw-135302d9a64X-z4vwba37e">meses</span><span id="zw-135302d126cgiFBSdba37e"> antes de suicidarse, el infante había formalizado ante notario un testamento en una de cuyas cláusulas expresaba: "Ruego a Su Majestad la Reina Isabel acepte conservar, en recuerdo de mi adhesión, el sable que empuñé en la batalla de </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">Alcolea</span><span id="zw-135302d1272EF9PRIba37e">".</span><br id="zw-135302a82f4YdUZ1iba37e"></p><p><span id="zw-135302a82f4t81xfeba37e">Cuando Isabel </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">II</span><span id="zw-135302d1277d0IIUVba37e"> recibió el legado, quedó espantada. "</span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">¡Apartadlo</span><span id="zw-135302d127dYb0Zmlba37e"> de mi vista, no vaya a </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">sucederme</span><span id="zw-135302d12846yFshcba37e"> una desgracia!", ordenó. Escondieron el sable en lo más profundo de un armario </span><span class="HA-spellcheck-error" id="HA-spellcheck-error">y</span><span id="zw-135302d1289NypHFzba37e">, tras la Restauración, lo enviaron a la real armería del Palacio de Oriente.</span><br id="zw-135302c48109EYJfdba37e"></p><p><span id="zw-135302c48110BzGEhba37e">Al día siguiente el museo ardió.</span></p></div>Oshidorihttp://www.blogger.com/profile/04520733122535725715noreply@blogger.com3