martes, febrero 21, 2006

Vuelo

Se acerca tu presencia viajera
visitando la mirada.
Me remueve tu voz y el fruto
de mi voz se crece al viento.
No temas, mi pequeña,
no se nublen tus ojos,
que voy a andar ligero
enredado a tus pies.
Espérame en la sombra,
al final de los árboles.
Extenderé las alas
y volaré hacia ti.
Penetraré lo oscuro,
reclamaré del bosque
la quietud de tus labios
y ya no habrá enemigos
pendientes de tus pasos.
Duerme.
Mi corazón empieza a deslizarse
por la suave ladera de tu pelo.

lunes, febrero 20, 2006

Alba fuerte

La tierra te sube y, ciega,
va ensalzando la verdad de tu cuerpo,
tallando va tu sombra,
tu sombra amarga, tu sombra por el suelo.
En andas de la noche te miro.
Brotas. Y el aire inmóvil, ceñido de tus miembros
es ya el bloque divino que soñó una mirada
de azul infancia hermosa. Ya el espacio, crujiendo,
viene a cristal y luce.


Lloras acaso, lloras. Tan lento el sol camina
que es ya sólo una flor asomando en los cerros,
y la luz ha brotado muda sobre el sol mismo,
hecha un alba fortísima por mi mundo aterrado.
Luce ya. Todo un dolor sin tregua, turbiamente clamado,
toda una loca rabia rebotando a los cielos.


Pero amanece, duramente amanece.
La recia mano fúlgida va los rayos prendiendo,
por las umbrías olas tu estás amaneciendo,
ya calla con su pena la voz de los ocasos
y su pena desgarra el hombre por el cieno,
ya los brazos tendidos a la aurora sin mancha
crecen, tocan el borde puro del universo.


Miradla por las cumbres... Amada, amante, un hielo
evidente y total se llega hasta tus ojos,
en nuestra frente amaga, tunde por nuestros cuerpos,
nos aplasta, nos vence. Como un volcán hermoso
sobre la tierra oscura estás amaneciendo.
Y yo estoy solo.

sábado, febrero 11, 2006

Palabras esquivas



Se escapan entre el papel, entre mis dedos cansados, entre mi desgastada memoria. Son las palabras que nunca dije, las palabras que quise decir, las palabras que se llevó el viento. Las palabras que nunca te diré.
Palabras con urgencia de beso, palabras con aroma de sueños, palabras con colores de rayo de luz.
Esquivas palabras esquivas.

jueves, febrero 02, 2006

Alba amargo

Un rincón de tu cuarto
guarda un espejo oscuro
que reflejaba sueños
y adivinó paisajes.
Miré allí de soslayo
buscando la mirada
encendida que encendió
mi mirada perdida.
Mas sólo vi la niebla
que reflejó el espejo,
el vacío insondable
de colores perdidos.
Quise ganar la magia
de aquel cristal eterno
donde hallar la figura
tangible de tu beso,
de nuestro amanecer
entre nuestros dos sueños,
amante dulce, lejana
de mi cercano gozo,
de paisaje de niebla
y encarnados anhelos.
Desde aquel día oscuro
oscurecí el espejo
para velar tu imagen
mil veces repetida.
Y me venció el silencio.