lunes, marzo 31, 2014

Dos cuerpos




Dos cuerpos. Octavio Paz, México D.F. 31 de marzo de 1914- México D.F. 19 de abril de 1998

viernes, marzo 28, 2014

Corazón de membrillo

Caigamos en la noche
de las tentaciones,
enrédate en el abrazo oscuro,
enrédame en las raíces 
del deseo inconcreto,
guísame a fuego lento
para saborearme
en el manjar de la eternidad. 

sábado, marzo 22, 2014

Las canciones en francés

Aquel amigo descubrió que le gustaba un fragmento de la canción de Alberto Cortez titulada No soy de aquí cuando decía que le encantaban "las canciones en francés". Aquel amigo también descubrió con muchos años de retraso (que es como se descubren las ideas, las teorías y las vanguardias aquí en España, donde algunos acaban de descubrir mayo del 68 pero no que Fidel Castro ya no está en Sierra Maestra ni que cayó el muro de Berlín) la nouvelle vague, que nos encandiló a todos hasta hacernos inseparables de Antoine Doinel o Truffaut, y Chabrol, y Rohmer. Un cine que rompía con la tradición tan literaria de la filmografía francesa, que adelantaba al neorrealismo italiano pero rindiéndose a Howard Hawks, John Ford o Alfred Hitchcock. "Si el escritor escribe con una pluma o un bolígrafo, el director escribe con la cámara", decía Alexandre Astruc desde Cahiers du cinèma.
Aquel amigo llamaba a Brigitte Bardot "animalito erótico" sin malicia; menos mal que eran otros tiempos menos políticamente correctos porque hoy le hubieran atizado por todos los lados.
Aquel amigo me comentaba que la película de Lelouch Un hombre y una mujer había envejecido muchísimo al volverla a ver veinticinco años más tarde. Yo le dije que si no seríamos nosotros los que habíamos envejecido.
Con aquel amigo perdí el contacto hace mucho tiempo. Los caminos de la vida, las distancias y esas cosas nos llevaron por diferentes derroteros y tenemos muchos años de no saber el uno del otro. 
Hoy le he recordado con el mismo cariño de antaño, seguramente idéntico al que él me regala esté donde esté. Y, aunque no la escuche -ni lea estas letras- nunca, me apetece dedicarle una canción en francés. Y de Brigitte Bardot.


lunes, marzo 10, 2014

El rey absoluto

Todo el mundo sabe que Fernando VII era un cenutrio esférico (por todos los lados), pero lo que quizá algunos ignoren es que cuando contrajo matrimonio con doña María Cristina de Borbón, en el programa de Festejos Reales que se celebraron con motivo del enlace regio, se decidió que en el madrileño teatro del Príncipe se cantara una ópera con el fin de halagar a la joven esposa, que era italiana y en Italia son muy amantes del bel canto.
 Pero a Fernando VII, de espíritu poco cultivado al parecer, no le gustaba nada la ópera y sí -entre otras muchas cosas que no vienen al caso- los sainetes de don Ramón de la Cruz. El primer acto de la ópera pudo soportarlo a durísimas penas; pero el aburrimiento y el fastidio eran tan grandes que, en las primeras escenas del acto segundo, ordenó que se suspendiera la ópera y que, en su lugar, se representaran los célebres sainetes La casa de Tócame Roque y El sutil tramposo.
Era la voluntad real y así se hizo, improvisándolo todo deprisa y corriendo. La joven italiana empezó a hacerse una idea de con quién se había casado.