¿Por dónde me vendrá el amanecer?
Sólo sé que vendrá.
Que, cautelosa, la noche anima el vuelo
de sus oscuras aves.
He abierto mi ventana,
buscado la señal de las estrellas
en la curva del río, en el espacio,
y en mi ser.
No está quieta la noche,
y está quieta la vida;
primavera de augurios, fluye mansa
hacia el alba, sin astros,
como una sombra más...
La vida se ha rendido
a la amargura seca de la espera
que expande por la tierra
una fragancia viva,
y clama por la aurora deseada.
¿Por dónde me vendrá el amanecer?
El ansia rumorosa que se agita
en mis pulsos calientes
y rocía la noche de un latido estelar,
del breve viento que apaga los sentidos.
¿Por dónde me vendrá el amanecer?
Sólo sé que vendrá.
No sé en qué nave,
de qué sol, ni qué cielo
hacia mis brazos, leves de alcanzarle,
tendidos -¿a qué punto?-
en la abierta ventana de mis ojos.
sábado, diciembre 17, 2005
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