domingo, junio 24, 2007

Olores

En escena se encuentra la primera actriz interpretando su papel de esposa adúltera. Al oír los pasos de su marido se apresura a arrojar a la chimenea la carta de su amante, que acaba de leer y aún conserva en sus manos. Pero al advertir la actriz que, por un error u olvido, el fuego está apagado en lugar de encendido como debía estar, decide -además de desear probar el sabor de la yugular del atrezzista- romper el papel en pedazos y arrojarlo al suelo.
Tiene que entrar el marido en escena dando la impresión de sospechar algo y debe decir: "¡Aquí huele a papel quemado!"
Pero al entrar el actor y observar que la chimenea está apagada y la carta hecha añicos en el suelo, comprende lo que ha sucedido. Creyendo salir del apuro dijo:
-¡Aquí huele a papel roto!

7 comentarios:

Maite Pérez-Pueyo (Maitentación) dijo...

¡Muy buenos reflejos, sí señor! Esa es una de las partes de la atención consciente del actor, cuando estás en escena tienes que estar atento absolutamente a todo. Nunca sabes lo que puede o no puede llegar a pasar...

Isabel Burriel dijo...

jajajaj si es que no hay nada como la improvisación.

Mar dijo...

jajajajaja bien por ella... pero él que me explique como huele a papel roto jajajaaj
Besoss

Silvia dijo...

Como sois. El actor con su fínisimo sentido del olfato, noto el olor de las micropartículas de papel que flotaban en el aire...
Ese hombre es un crack que les dicen ahora.
Besos

Cobre dijo...

Mira q si en lugar de romper el papel le hubiera dado a la buena mujer por comérselo.. a ver por donde hubiese salido el amigo! ;)
Besos, Chafarderillo!

Anónimo dijo...

Si en la escena, imagino, esta situación resultó sin duda divertida, provocando una sonara carcajada al unísono entre el público presente, lo cierto es que en nuestra vida de verdad todos podemos recordar alguna situación embarazosa en la que, ante la necesidad de decir algo, hemos hablado de la manera menos apropiada. Al menos, si ha provocado la risa tenemos ese consuelo; lo malo es cuando, además de exhibir nuestra torpeza, hemos causado dolor a los que nos escuchaban.

Humberto Lupercio Castillo dijo...

Hola a todos, esa anécdota la leí por primera vez en un ejemplar del Selecciones del reader`s diggest de los 70`s, 25 años (de dedicarme al teatro) después busco la anécdota completa, saber si corresponde a la actriz Sarah Bernhardt o a qué obra. Mi correo es filografo1974@hotmail.com.
Sá que es una entrada muy antigua, espero alguien la vea y pueda ayudarme, saludos y felicitaciones por el blog.