viernes, enero 06, 2006

Alba sin alba


Eres una noche angosta y te da miedo tu propia oscuridad. No huyas. Acostúmbrate a ella y descubrirás despacio, con dolor, poco a poco, que hay débiles rayos de luz. Redescubrirás pequeñas y múltiples estrellas que parpadean sorprendidas ante tu prolongada ausencia, ante tu lejana partida y chispean de alegría con tu regreso, con tu reencuentro.

Y cada cierto tiempo irá aumentando el resplandor, vislumbrarás más todas las cosas oscuras y tenebrosas que te hacían tropezar y caer, irá creciendo una luz blanca en la noche de tu mente y cíclicamente se llenará todo con una gran luna llena.

Será como un despertar.

Partirá. Se volverá a ir. Pero eso no significa el fin, es sólo una despedida. El inicio de un nuevo reencuentro.

Estarás otra vez en la penumbra... pero tus ojos ya sabrán de las estrellas.

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