Estrena George Bernard Shaw una de sus comedias y, al final de la representación, el entusiasmado público llama al autor para aclamarle.
Aparece en el escenario el genial humorista irlandés y, al saludar al respetable, advierte que dicho entusiasmo tiene una excepción, una sólo, pero excepción al fin: Un señor de la primera fila no participa de la opinión general, y demuestra su descontento con fuertes golpes de bastón.
Bernard Shaw se adelanta. En la sala se hace el silencio. Shaw se encara con el iracundo espectador y le pregunta muy cortésmente:
-¿Qué le ocurre, caballero? ¿No le gusta la obra?
-¡No, señor! -responde indignado el minoritario reprobador.
-¡A mí tampoco! -dice Bernard Shaw sin inmutarse-. Pero, ¿qué quiere usted que hagamos contra tanta gente?
La ovación se repite estruendosa.
Aparece en el escenario el genial humorista irlandés y, al saludar al respetable, advierte que dicho entusiasmo tiene una excepción, una sólo, pero excepción al fin: Un señor de la primera fila no participa de la opinión general, y demuestra su descontento con fuertes golpes de bastón.
Bernard Shaw se adelanta. En la sala se hace el silencio. Shaw se encara con el iracundo espectador y le pregunta muy cortésmente:
-¿Qué le ocurre, caballero? ¿No le gusta la obra?
-¡No, señor! -responde indignado el minoritario reprobador.
-¡A mí tampoco! -dice Bernard Shaw sin inmutarse-. Pero, ¿qué quiere usted que hagamos contra tanta gente?
La ovación se repite estruendosa.
5 comentarios:
Creo que podrían comentarse varios aspectos de la anécdota, pero me parece esencial destacar uno: Cuando se necesita poner en su sitio a alguien no es necesario, en la mayor parte de los casos, utilizar la fuerza; basta algo de inteligencia, lograda a fuerza de haber vivido.
El humor y la inteligencia unidos... Cómo me gusta!.
Oye, Chafarderillo, tú eres el niño de las anécdotas! ;).
Besotes
Pues a mí el protestón me ha caído simpático. Cuando lo fácil habría sido aplaudir sin ganas, él, bastón en ristre y arriesgándose al escarnio, se mantiene firme en su opinión.
Cu, yo creo que siempre van unidos humor e inteligencia. Sin inteligencia puede haber gracias, mofas, chanzas...pero no creo que humor.
Un abrazo
Un genio, Bernard Shaw.
Leí que una vez recibió en su club, un anónimo en el que tan sólo se leía: "Imbécil".
Al leerlo, Shaw exclamó: "He leido muchas cartas sin firma, pero esta es la primera firma que leo sin carta".
Lo que decía, un genio de la elocuencia :) .
Genial el autor (también del blog jejejee) y los comentaristas
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