jueves, marzo 27, 2008

Borrador

La muchacha se sentó en un rincón mirando como tantas veces, todos los días, la reja de cristal que la circundaba. Imaginaba que todo lo vivido no era más que un borrador, algo que podría ser transformado en cualquier momento.
Sus ojos escrutaban el pasado imaginando la forma de mudarlo, convirtiéndolo en un pasado nuevo, una vida nueva ya vivida.
A través de la reja de cristal veía qué habría pasado si hubiese tomado una decisión diferente a la que tomó, si hubiese hecho el gesto que no hizo. Veía los borradores de su pasado.
Pensó vivir de nuevo lo que había vivido, ¿pero, como un borrador de su vida?
La reja de cristal estaba a punto de quebrarse.

sábado, marzo 22, 2008

Primavera

Dejemos que la Primavera nos bese en los labios

jueves, marzo 20, 2008

Don Guido

Gran pagano,
se hizo hermano
de una santa cofradía;
y el Jueves Santo salía,
llevando un cirio en la mano
—¡aquel trueno!—,
vestido de nazareno.

Antonio Machado. Llanto de las virtudes y coplas por la muerte de don Guido (fragmento).

jueves, marzo 13, 2008

Una conferencia

A don Jacinto Benavente le pidieron que diera una conferencia para el Club Femenino de Damas.
-¿Y de quién se compondrá el auditorio? -preguntó el premio Nobel.
-De las socias del club: muchachas que estudian, escritoras, señoritas que quieren vivir una vida independiente...
Respondió don Jacinto:
-Muchas gracias, pero tengo poco tiempo para prepararme, y no quiero hablar a tontas y a locas.

lunes, marzo 10, 2008

¿Qué es poesía?

La semana pasada, en una de nuestras habituales tertulias, hablábamos de poesía. Turulato dijo que no sabía escribir poesía, pero Currinche y el que suscribe le refutamos de inmediato, lógicamente. Argüía nuestro amigo que no escribía versos rimados. Puede ser. Pero él regala poesía en sus escritos. En su más reciente artículo la ha esparcido con rotundidad, como en todos los demás.
Cuando cae en nuestras manos un libro de poemas, mientras paseamos la mirada por entre los versos, nuestra imaginación y nuestra memoria comienzan a aletear iniciando un vuelo que quiere llevarnos a momentos pasados o a situaciones soñadas. La poesía tiene, de este modo, la posibili­dad impagable de engarzar sentimientos y sensaciones de las que somos -o hemos sido- protagonistas reales u oníricos, identifi­carnos con hechos o personajes y, en fin, hacernos vibrar, estremecer y vivir. El bueno de mi amigo Antonio me confiaba una noche tras una representación que no podía pasar un día entero sin haber leído aunque fuera un pellizco de poesía porque -de no hacerlo- sentiría que le faltaba algo profundo y vital para él.
Pero la poesía no late exclusivamente entre los versos de un libro de poemas. En cualquier párrafo de una novela, en un diálogo teatral, en una secuencia cinematográ­fica, en la fotogra­fía de un periódico, en la pincelada de un cuadro, o en el paisaje más conocido y cotidiano, puede esconderse la poesía. ¿Cuántas veces no habremos escuchado una melodía, o una canción, que nos transportan a ese mundo de ensueño que encubre a la poesía? Poesía que huye de palabras grandilocuentes y gestos solem­nes. Poesía de las cosas más pequeñas, ésas que habitualmen­te pasan desapercibi­das a nuestros sentidos precisamente por fami­liares. Cuando el desencanto y el hastío nos han conducido a ese camino que nos deja desprovistos de la capacidad de sorpresa, tantas y tantas sensaciones se vuelven invisibles a nuestros ojos... Y entonces advertimos que nosotros nos hemos vuelto insensi­bles a las sensaciones y a los sentimientos.
¿Qué es poesía? La mirada de Bárbara, las palabras de Turulato, el guiño cómplice de Kalía, la risa de Currinche y la letra de la canción compuesta por Emilio.
¿Qué es poesía? Quizá sea mirar con el sentimiento más profundo las sensaciones acurrucadas en los corazones que son capaces de abrir los ojos a aquellas pequeñas cosas que nos rodean casi impercep­tiblemente y que son las que hacen brotar la vida.

jueves, marzo 06, 2008

En-Sueño

Pienso que estoy en tu pensamiento, que piensas que te pienso. Y pienso si pudiera abrazarte la espalda, perderme en tus dedos, escalar el claustro de tu pecho, besarte el espíritu, mecerme en tu pelo, navegar en tus ojos, anidar en tu cintura...
Pensamiento... Pensamiento. Duerme en mi.