jueves, enero 29, 2009

Horas extras


El actor austriaco Franz Johan llegó a España en 1942 formando parte de la compañía de teatro Los Vieneses, que había fundado y dirigía Artur Kaps. La compañía estaba especializada en revistas y operetas, y contaba también con la marionetista Hertha Frankel, que se hizo muy famosa en la televisión española de los años 50 y 60 con su "perrita" Marilyn.
Dada la permanencia de éxitos de Los Vieneses en Barcelona, Franz Johan compró un hotelito cerca del Tibidabo.
Por exigencias de la profesión estuvo durante bastante tiempo fuera de Barcelona y fuera de España, y cuando volvió se creyó en el caso de hacer algunas obras de reparación y de embellecimiento en el hotelito, para lo cual mandó llamar a unos albañiles. Eran dos auténticos especialistas en eso de dejar hechos unos brazos de mar los hoteles ("torres", que dicen en Barcelona).
Tan bien hacían el trabajo y tanto mejoraba de día en día, que Franz Johan se creyó en la obligación de felicitarlos.
-Muy bien. Admirable. Lo hacen extraordinariamente bien.
Y se creyó también obligado a agradecerles de alguna manera su rapidez y su eficiencia, por lo que añadió:
-Ahí van estas entradas para que vayan esta noche a ver nuestro espectáculo. Estoy seguro de que pasarán un buen rato.
Los dos obreros se fueron tan contentos a ver a Los Vieneses, y salieron encantados.
Al día siguiente terminaron su trabajo en el hotelito de Franz Johan, y éste les pidió la factura. ¡Por poco cae al suelo desmayado! No era que hubieran cargado la mano al escribir los números y aquello fuese demasiado caro. Para lo bien y rápidamente que lo terminaron, le parecía hasta barato. Pero su estupefacción se debía a una causa bien distinta: Los dos obreros, después de consignar el gasto de materiales y la mano de obra... ¡Le habían puesto dos horas y media extraordinarias -y con el consiguiente recargo del trabajo nocturno- por el tiempo que ambos invirtieron en asistir a la representación de Los Vieneses a la que habían sido invitados por Franz Johan! Y eso que no había crisis...

Ilustración: Representación de Campanas de Viena en el Teatro Cómico de Barcelona.
Autor: Alcayna.

lunes, enero 19, 2009

Piel conquistada


Jugaba a poner el pie en el círculo blanco del destino, como si pretendiera exorcizar todas las magias.
-Me he vestido desnuda con tu piel, mi amigo.
La tormenta parpadeaba en la noche brillante de sus ojos.
Nada ni nadie pudo destruir el silencio. Desapareció en un sorbo de sus labios.
-Me he vestido desnuda con tu piel, mi amigo.
Le había conquistado.

domingo, enero 11, 2009

Recuerdos de niebla


Casi siempre lo que tendemos a atribuir de manera confiada a la memoria -ese hecho, esa escena prendida con alfileres que hemos rescatado del olvido- no es más que una narración que se desarrolla en nuestra mente y que, con mucha frecuencia, se transforma al ser contada. Hay un eterno conflicto de intereses emocionales que se orquestan para que la vida llegue a ser alguna vez plenamente aceptable, y suele ser misión del narrador que las cosas se ajusten a este fin. La niebla del recuerdo es densa y el narrador se aviene a disiparla con sus palabras. El pasado y la memoria están envueltos en la niebla. El narrador distorsiona lo que fue real. Cuando hablamos del pasado mentimos.
Aunque las cicatrices nos recuerdan que aquello que vivimos fue real.