domingo, enero 26, 2014

Conversos

Acariciado por una iluminación espontánea, el individuo ve, de súbito, que la verdad ha aparecido ante él ofrecida y rozagante y no tiene más remedio que inventar la pólvora. Cualquier idea anterior ya carece de sentido, de vida, de realidad. Ha nacido un converso. Abraza su nueva religión con insospechado entusiasmo y se abisma en ella con la excitación propia de la novedosa verdad que ya atesora. A partir de ese momento el resto de la humanidad habrá de soportar su incansable elogio de lo recién descubierto y, lo que es peor, su irrefrenable afán de proselitismo.
Podríamos estar hablando exclusivamente en el plano teológico pero la cofradía de los conversos se extiende en cualquier dirección y en cualquier ámbito. Los que han dejado de fumar, los que han dejado de comer carne, los que acaban de descubrir los beneficios de la infusión de cualquier hierbajo con nombre estrambótico... Y vuelvo a su afán de proselitismo que no para de atosigar a sus semejantes con denuedo. Un dicho popular afirma que no hay peor beata que la que ha sido puta, y en el converso se cumple la sentencia a la perfección, pues no se conforma con su primer impulso de proselitismo sino que ataca con denuestos y venablos a los que -hasta hace bien poco- eran de su misma religión, idea o gusto. Qué furia desatada la del fumador que ha dejado de serlo contra todo aquel que se lleva nicotina a los pulmones. Qué irritación la del neófito vegetariano contra el particular que mastica con delectación un solomillo de ternera. Y así con muchas, muchas otras personas y cosas.
Lo curioso es que la mayoría inmensa de las personas nos convertimos a bastantes credos a lo largo de nuestra vida. ¿Quién no ha sido infiel a su perfume de siempre al descubrir otro que le agrada más? ¿Quién no ha descubierto el placer de saborear el chocolate negro a solas y en silencio relegando el blanco y el con leche al olvido? Personalmente me he convertido muchas veces y en muchos dogmas. Cuando estuve en Oaxaca descubrí el mezcal y cuando me dijeron que "para todo mal, mezcal; y para todo bien, también", abracé el delicioso licor como una nueva religión. Cuando descubrí el libro electrónico di la barrila a mis amigos con sus ventajas (después de haberlo denostado hasta la náusea). Aunque no llego ni de lejos a igualar a mi amigo El Empanao, una bellísima y encantadora persona,  al que podríamos calificar como converso estacional, pues le he contado una media de cuatro conversiones anuales, una por estación. Las del pasado año fueron las galletitas de arroz para el invierno, los baños de sol en un banco del parque en primavera, el áloe vera en verano y la meditación transcendental para curar los catarros en otoño. Pese a estas manías y la elocuente perorata sobre sus beneficios que me endilga, tiene de bueno que su conversión es variada y no te resulta agobiante.
Pero qué plomos somos a veces con nuestras conversiones. En lugar de dejar a la gente tranquila y a su aire la martirizamos con nuestras experiencias místicas sobre la avena, el misterio de la Santísima Trinidad o las bombillas led para el cuarto de baño. Y es que somos humanos, mutables, enamoradizos y creyentes de casi todo o de casi nada, qué le vamos a hacer.

2 comentarios:

Turulato dijo...

Tienes toda la razón. Desde que el Empanao es un bendito hasta el afán por los hierbajos. Y el asunto no es baladí, no. ¿Por qué nos convertimos?. Yo, por ejemplo, proclamo que hay que ser liberales, lo razono y defiendo, cuando a mí lo que me gusta de verdad es mandar y que me obedezcan. Y difundo honradez, cuando compro a 2, vendo a 4 y con ese 2% voy tirando.

Creo que esto es lo que hay que preguntarse. ¿Quién soy y por qué voy a donde digo?

Anónimo dijo...

Yo más bien describiría al Empanao como un plasta y un tiquis miquis pero bueno ,ya conocéis mi escasa paciencia con las personas que no me interesan .Sin embargo no les pongo motes ,eso ya es algo !!
Y bueno, nos pasamos la vida descubriendo cosas que al principio nos interesan y a lo mejor luego nos aburren ,es normal estamos constantemente evolucionando ,ó eso se pretende por lo menos.yo eso lo veo positivo es como intentar compartir los juguetes como hacíamos de pequeños !