Un suspiro engarza en el aire mil sensaciones presentidas en un solo cuerpo unido e indivisible, bordeando las orillas del tiempo. Una mirada recorre el espacio infinito de tus labios incandescentemente amantes que envuelven el beso imaginado. Una caricia transita el camino entregado de piel en otra piel, y descorre el velo del deseo auténtico. Un momento que es sólo una vida hecha de retales de cielo, de sueño, de realidad enamorada.
Felicidades, mi princesa.
Felicidades, mi princesa.
1 comentario:
Ha sido el mejor regalo que he podido recibir...gracias de verdad..y no miento!!
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