
domingo, diciembre 23, 2007
martes, diciembre 18, 2007
Retrato de soledad sobre fondo de fantasmas

Cuando alguna tarde comete la torpeza de sentarse al borde de sí, le atraviesa la idea de que faltan los días y sobran las horas. La niebla del recuerdo disfruta tejiendo en la soledad deseos de color carmín. Y piensa en la fugacidad, esa alimaña del tiempo diestra en las penas y amarga en las alegrías, deseosa de transgredir los días en compañía.
¿De qué me sirven la tinta, el papel y la palabra? -se pregunta- ¿Qué quiere de mi el deseo?
Un resplandor desnudo se desliza sobre los charcos de sombra, pero ya se había extraviado en el laberinto de la tarde, el que lleva a dos árboles, sus árboles.
Quisiera algunas veces perder la memoria. Tener la posibilidad de bloquear el recuerdo inesperado con igual facilidad que el ratón cierra la ventana pulsando en la "X".
- ¿Desea cerrar el recuerdo?
- Sí, a todo.
Pero uno debe aprender a convivir con los fantasmas del recuerdo. Esos que se esconden, casi atrincherados, en el armario de la memoria y de los que se llega a tener el absoluto convencimiento de que son eternos. Y sonreír, porque se ha vivido. Aunque éso es otra historia...
¿De qué me sirven la tinta, el papel y la palabra? -se pregunta- ¿Qué quiere de mi el deseo?
Un resplandor desnudo se desliza sobre los charcos de sombra, pero ya se había extraviado en el laberinto de la tarde, el que lleva a dos árboles, sus árboles.
Quisiera algunas veces perder la memoria. Tener la posibilidad de bloquear el recuerdo inesperado con igual facilidad que el ratón cierra la ventana pulsando en la "X".
- ¿Desea cerrar el recuerdo?
- Sí, a todo.
Pero uno debe aprender a convivir con los fantasmas del recuerdo. Esos que se esconden, casi atrincherados, en el armario de la memoria y de los que se llega a tener el absoluto convencimiento de que son eternos. Y sonreír, porque se ha vivido. Aunque éso es otra historia...
sábado, diciembre 15, 2007
La belleza del Azar
Se hace nuevo el tiempo con tu presencia. La sonrisa es cómplice y hace arder el fuego que se comparte. Iluminado cuerpo que inventa la luz, nombra los nombres. El beso que, entre otras magias, trajo la belleza del Azar.
sábado, diciembre 08, 2007
Cristales que ya no tienen sueño

Se había despojado la madrugada de su desnudo. El sentimiento insomne que duerme en nuestro interior -por eso no entiende cuánto se puede sentir- se agitó durante un instante y tornó a quedar inmóvil. Fue entonces cuando quiso inventar palabras que ya eran conocidas, engarzar miradas que volaban perdidas. Tras la escritura, las fragmentaciones suceden a los silencios. Los personajes se ocultaban en las sombras. Quiso engañarse de nuevo, como nunca, como siempre. Pero los cristales de todas las ventanas, despiertos y ajenos, le devolvieron la imagen que él conocía.
martes, diciembre 04, 2007
El amor (Fábula para tiempos sombríos)
José Hierro. El amor (Fábula para tiempos sombríos)
"Génesis". Con las piedras, con el viento. 1950
sábado, diciembre 01, 2007
Apasionamiento y pasión
Hablábamos ayer en nuestra habitual tertulia, Kalía, Currintzi, Turulato y un servidor sobre el apasionamiento entre las personas (además de sobre otras cuestiones, irreproducibles por supuesto). Y creo que todos coincidimos en que nos entusiasma que la otra parte nos apasione. Lo que nos enamora es la pasión.
El actor tiene que apasionarse con el personaje que interpreta para poder, así, apasionar al público. La pasión que nace de la entraña, de su entraña, y brota como un torrente hacia el patio de butacas para hacer sentir la palabra a quienes escuchan, y ven. La interpretación tendría que ver con esa deuda humana que existe entre el arte, el talento y la dignidad. Hay palabras que perdieron su significación original tras una adulteración vana y gratuita. Palabras que nos llevan a conformarnos con casi nada. ¡Si en nosotros se halla el todo más absoluto!
Apasiónate, actor, en algo tan difícil como hermoso: Sentir en el alma el personaje que nos habita.
El actor tiene que apasionarse con el personaje que interpreta para poder, así, apasionar al público. La pasión que nace de la entraña, de su entraña, y brota como un torrente hacia el patio de butacas para hacer sentir la palabra a quienes escuchan, y ven. La interpretación tendría que ver con esa deuda humana que existe entre el arte, el talento y la dignidad. Hay palabras que perdieron su significación original tras una adulteración vana y gratuita. Palabras que nos llevan a conformarnos con casi nada. ¡Si en nosotros se halla el todo más absoluto!
Apasiónate, actor, en algo tan difícil como hermoso: Sentir en el alma el personaje que nos habita.
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